Al principio iba a Sentir Maternal para tener una preparación física y psicológica para todo el embarazo y parto. Poco a poco me fui sintiendo cómoda, segura, teniendo confianza total.
Cuando llegó el momento del parto, yo rompí bolsa en casa; me acordé de Martha; de mantener la seguridad. Enseguida la llamé y media hora después nos encontramos en la Sociedad donde estaba internada. Allí Martha y Bremen, mi ginecólogo, formaron un equipo espectacular. Ella respeto todos mis momentos y los de Eduardo, mi marido; no eran necesarias las palabras; ella se daba cuenta de lo que yo necesitaba en cada momento y actuaba.
Cuando estábamos en el la sala de parto; Eduardo quería ayudarme con los pujos y a la vez de disfrutar todo el nacimiento y no perderse detalle. Fue Martha entonces quien me ayudo con los pujos, con la postura, en controlar la respiración, en recordar cómo y donde debía hacer la fuerza. Salió todo perfecto.
Pasaron 2 anos del nacimiento de mi hijo Diego y de toda esta experiencia, espero mi segundo hijo y quiero repetir todo tal cual, fue excelente.